LA CONSTITUCION DE LA REPUBLICA 4a PARTE

PREVISIÓN SOCIAL
La Constitución se refiere a esto como “Seguridad Social” y no es otra cosa que la manera legal de anticipar cosas que le podrían ocurrir a las personas e incluso, otras cosas que cierta y definitivamente les ocurrirán, precisamente por su condición: Vejez, eventualmente invalidez.
Toda persona está expuesta a sufrir invalidez y quedar incapacitada de trabajar, por ello es necesario un sistema de previsión social que vaya adjunto al sistema de derechos laborales, en el cual el trabajador tenga la seguridad de tener una vida digna, aún y cuando se encuentre incapacitado de realizar trabajos físicos.
Actualmente el sistema de ahorros, administrado por las diferentes AFP´s no asegura a los trabajadores una vida digna en caso de incapacidad, para ello deben contratar costosos seguros de vida e invalidez adicionales (Mercantilismo puro); y, de hecho, tampoco aseguran una vejez muy prometedora, porque está basado en  un ahorro individual limitado, que ciertamente no durará mientras dure la vida del “pensionado”.
La vejez es una limitante para realizar labores; de hecho la senilidad impide que las personas puedan realizar tareas de forma normal, salvo casos muy excepcionales, de personas que aún teniendo edades muy avanzadas, se desarrollan con normalidad, como el caso de la Ministra de Salud Pública y Asistencia Social de El Salvador.
El punto es que la redacción y estructura de la Constitución (1983), permitió la extinción del sistema de previsión social, que era administrado por el Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos y dio paso a la creación del sistema privado de Administraciones de Fondos de Pensiones (AFP).
No existe en la Constitución un mecanismo efectivo de afianzar a los salvadoreños un sistema de seguridad y previsión social, que vaya acorde a lineamientos de solidaridad humana y que busque solucionar la vida de las personas cuando llega el tiempo en que éstas no pueden proveerse a sí mismas.
Por lo anterior el sistema de Seguridad Social, regulado en la Constitución de la República es otra ilusión constitucional, que no puede ser superada de forma legal para beneficio de las personas que pertenecen a la digna clase trabajadora.
Luís Ribó Durán en su Diccionario de Derecho (Editorial BOSCH SA) expresa lo siguiente: “Cuando la previsión social pública ha madurado suficientemente a través de la etapa de los seguros sociales, suele entrarse en la etapa de la seguridad Social. En ésta, se encuentran los caracteres de completividad y articulación entre los distintos seguros previstos; se tiende a cubrir el mayor número posible de contingencias, se procura controlar unificadamente las estructuras aseguradores y se propugna hacer obligatorio el aseguramiento al mayor número posible de ciudadanos. Mediante el sistema de la Seguridad Social, el Estado garantiza a las personas que por razón de sus actividades están comprendidas en el campo de aplicación de dicho sistema previsional, así como a los familiares o asimilados que tuvieran a su cargo, la protección adecuada en las contingencias y situaciones definidas legalmente y la progresiva elevación de su nivel de vida en los órdenes sanitario, económico y cultural.”
En El Salvador se retrocedió de una etapa de “seguridad social” para pasar a una de ahorros individuales; se tendió a cubrir el menor número posible de contingencias, para asegurar la certera comercialización de otros sistemas de seguros entre los necesitados trabajadores.
Obviamente se trata de otra conspiración técnica auspiciada por los poderes fácticos, cuyo interés es la obtención de lucro y ganancias multimillonarias; ello no se consigue dando seguridad social a los ancianos e inválidos.
Detrás de todo esto están los “conglomerados financieros”, que dentro de sus empresas se encuentran:
a) Bancos e instituciones de crédito;
b) Agencias bursátiles;
c) Compañías de seguro;
d) AFP´s, entre otras.
Un ejemplo típico de un conglomerado financiero es City Group.
Lógicamente que los que manejan esta conspiración a escala global, son las grandes corporaciones transnacionales y otros grupos de poder, ya conocidos: a) Masones; b) Sionistas; c) Mormones; d) Católicos; Entre otros.
Todos ellos, han construido enormes poderes terrenales dentro del sistema capitalista; por ello se declaran enemigos acérrimos de todo sistema que intente beneficiar a las clases trabajadoras del mundo, del socialismo, pero más particularmente, del comunismo.
De la serie: Artículos sobre la Constitución de la República, Derechos Falsos
JUAN RAMON ARAUJO LOPEZ Colaborador de Mi Gente Informa
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