Hasta
hace un par de años, se ha comenzado a hablar de leyes y tribunales
medioambientales, ante una evidente crisis ecológica, que ha colocado a nuestro
país, en uno de los más deforestados del mundo.
EL PROBLEMA
Contamos
con una tradición ampliamente despreocupada por el ecosistema, ha depredado la
fauna, destruido la flora y convertido nuestro paisaje en un árido desierto,
donde el calentamiento global se hace cada vez más insoportable, sobre todo, en
la zona oriental.
Nuestros
recursos naturales, que antes considerábamos, renovables, ahora resulta que no
lo son; es decir, que en unas pocas décadas, nos estamos consumiendo algo que
la naturaleza ha tardado cientos de miles de millones de años en construir.
Nuestro
sistema judicial se gasta cantidades mega colosales de papel, elaborado a base
de pasta de celulosa o pulpa de celulosa (El material más común utilizado para
la fabricación de papel. Las maderas utilizadas para este fin son conocidas
como maderas pulpables, que generalmente son maderas blandas como la picea, el
pino, el abeto y el alerce, pero también maderas duras como el eucaliptus y el
abedul) y a medida pasa el tiempo, pareciera que existe un esfuerzo
institucional, por aumentar la tarifa de consumo de papel, como aquella que
exige agregar una copia del NIT y del DUI, por cada nuevo proceso a los
abogados litigantes.
Mientras
tanto, las bodegas necesarias para contener esas cantidades colosales de
expedientes, con papel de más, se agigantan, empleando más y más costosos
recursos del Estado; y lo que es peor, dejando una secuela de destrucción en el
medio ambiente.
En
promedio, 25 mil procesos (O más) de diferente naturaleza se inician por año,
en cada uno de los principales departamentos de El Salvador; lo que representa
un total de, aproximadamente 250 mil expedientes y en cada uno de ellos, se han
agregado 2 páginas por copias de DUI y NIT, que los más “cuadrados” exigen
autenticadas por notario, dando un gran total de 500 mil páginas, que requieren
un alojamiento y peor aún, una enorme deforestación.
LAS CAUSAS
Todo
modelo jurisdiccional, tienen sus antecedentes engorrosos trámites escritos,
con extensos expedientes, que nadie estando en su sano juicio se atrevería a
leer, pues el 80 % de su contenido es basura, por supuesto que entre tanta
basura puede encontrarse algo de interés procesal… bueno, lo realmente
importante, es que aún existen claros y fuertes vestigios del antiguo sistema
judicial escrito, aunque la tendencia en todos los nuevos y “modernos” códigos
procesales, sea la oralidad.
Existe
en casi todo empleado judicial, un anhelo latente por acumular papel y por
ende, puede observarse un brillo en sus ojos, cuando se les entrega una demanda
o solicitud con 25 folios o más y sus respectivas copias.
Existe
también, una necesidad enervante de encontrar más fundamentos en las
solicitudes y entre más fundamentos, mejor; dentro de esa óptica, una solicitud
de 1 o 2 folios, no sirve, y es buena, cuando pasa de 6,10… o más folios.
Existen
dos principios: 1º) El famoso Iura novit curia; y 2º) Las partes conocen los
hechos.
Lo
que nos conduce a que un buen Abogado es aquél que sabe orientar su teoría, del
caso y no el que sabe rellenar tediosos formularios, con mil citas de la
Constitución y de las leyes secundarias.
Saber
presentar un caso, y sustentarlo en pruebas idóneas y contundentes, exigiría de
empleados judiciales con el suficiente razonamiento, que hasta ahora no existe
y por ende, se conforman con el típico “en base a los artículos “x”, “y” y “z”…
de los códigos “a”, “b” y “c”… bla bla bla…
LA SOLUCIÓN
Lo
fundamental en cualquier intento por proteger el medio ambiente, es aplicar las
reglas básicas:
1)
Reducir;
2)
Re usar; y
3)
Reciclar.
<<Reducir
Si
reducimos el problema, disminuimos el impacto en el medio ambiente.>>
(Fuente: Wikipedia)
<<Reutilizar
Ésta
se basa en reutilizar un objeto para darle una segunda vida útil.>> (Fuente:
Wikipedia)
<<Reciclar
Ésta
es una de las erres más populares debido a que el sistema de consumo actual ha
preferido usar envases de materiales reciclables (plásticos y bricks, sobre
todo), pero no biodegradables.>> (Fuente: Wikipedia)
Ahora
bien, en todas las instituciones públicas, existen oficinas UACI´s destinadas a
contratar y adquirir los bienes fungibles, consumibles, mobiliarios e
inmobiliarios, necesarios para el funcionamiento adecuado de sus dependencias,
y así lograr brindar un servicio de calidad a los usuarios; ello puede llevar a
pensar, que el Estado tiene de todo para todo y que en la abundancia, hay que
derrochara manos abiertas; pero esto tiene un alto costo, en materia de
degradación ambiental y las instituciones públicas, son las primeras llamadas a
realizar acciones concretas orientadas a defender el ecosistema.
Todo
ello comienza con una “inteligencia ecológica”, donde todo funcionario, debe
acreditar poseer ese tipo de aptitud, ya que el tema del medio ambiente debe
ser eje transversal en todas las políticas públicas.
LA
PÁGINA DEL ABOGADO
AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD JURÍDICA
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